jueves, 11 de septiembre de 2008

Esto se lo llevó quien lo trajo

Esta criollísima expresión de desaliento y de crítica acusativa y conclusiva, encierra una compleja urdimbre de significados, que subyace oculta a la interpretación de aquel que la escucha de la boca de indignadas doñas, en los mercados libres sabatinos a eso de las ocho de la mañana.

Puesto que, y ya entrando en análisis, el “esto” que comienza esta frase, se refiere a un completo implícito que pareciera haber sido acordado siglos antes. Ya nadie se molesta en describir qué es el “esto” que tanto atormenta a las doñas. Aunque, indudablemente, sea lo que sea a lo que se refieren cuando hablan del “esto”, resulta de muchísima importancia y gravedad su actual estado: Que se lo hayan llevado y, más aún, de esa forma.

También es evidente que “esto”, está relacionado con muchísimas esferas de la vida social: El gobierno, la economía, las nuevas tendencias de la moda, los nuevos paradigmas sociales, la cantidad de comerciales durante la transmisión de telenovelas, entre otros. Recalcando así su indiscutible y universal importancia.

De todas maneras, a pesar de la incertidumbre que pueda invadir al curioso que intente descifrar a qué se refieren las doñas tempraneras, cuando tan resignadamente invocan el infortunado destino del “esto”, siempre quedan en la lapidaria frase valiosas pistas para dilucidar su verdadero significado.

Queda más que claro entonces que “esto” alguien se lo llevó. He ahí el problema fundamental y el núcleo del mensaje de la frase. Y de este hecho, naturalmente se despierta todo un cuestionamiento angustioso: ¿Por qué se lo llevaron? ¿A dónde? ¿Lo van a devolver? ¿Cuándo?, etcétera.

Es dentro de este torbellino de dudas, normal en alguien a quien le han despojado de algo tan esencial como su “esto” y, más aún, de aquella manera tan tajante y paradójica, donde se genera la contundencia del mensaje de la frase.

No obstante, su genialidad radica en la última de sus partes, cuando establece de manera muy redonda y precisa, el peor de los aspectos de la situación expresada, que es no solamente el hecho de que “esto” se lo hayan llevado, sin siquiera explicar qué fue lo que se llevaron y cómo o por qué, sino que aquel que se lo llevó ¡Fue el mismo que lo trajo!

Es esta ironía ofensiva la que más indigna y que funge de broche dorado para clausurar de una vez por todas lo alarmante de lo expresado.

Evidentemente, preguntas tan naturales como: ¿Si se lo iba a llevar, para qué demonios lo trajo en un principio? Que expresan el sentido de burla y de irrespeto del hecho; ¿Cómo sabemos que fue el mismo sujeto, pero ni siquiera sabemos qué fue lo que trajo? Ponen en evidencia el carácter sospechoso, oscuro y de gato encerrado del problema.

Sin embargo, a pesar de todos los vericuetos y sub matices del contenido de la frase ¡Esto se lo llevó quien lo trajo!, no hay doña que dude en replicar muy resueltamente y con una aplomada seguridad la no menos compleja repuesta: ¡Definitivamente mi amor!, que a su vez se adentra por los terrenos de la inflexibilidad del juicio humano y de la complicidad social amorosa.



por David Cerqueiro R.

Publicado en El Universal el 27 de septiembre de 2008.
http://www.eluniversal.com/2008/09/27/opi_art_esto-se-lo-llevo-qui_27A2020885.shtml

1 comentario:

  1. cada vez más entretenida la etílica certidumbre del emigrante autoimplantado.

    no pude evitar reir y desear estar sentado en algún europeo banco, cigarro en mano, botella de tinto barato al lado y una hoja blanca en frente para satisfacer el ansia del boligrafo de turno.

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