miércoles, 10 de marzo de 2010

Things we said today

Crecí escuchando los Beatles, porque en mi casa eran considerados casi una religión. En ellos se personificaba la gloria de la juventud, la genial irreverencia y la autonomía de las ideas propias en antagonía al rígido status quo de la Europa post guerra. Claro que todas estas connotaciones no las pronunciaban así en mi casa; allá sencillamente todo lo que hicieron los Beatles era considerado como perfecto.

Sin embargo, con el tiempo y después de años de reflexión sobre el tema, llegué a entender que de los Beatles había que aprender una escurridiza y difícil lección: No ser como ellos.

Porque la idea de la historia, si existe tal cosa, es aprender de ella para mejorar el día de hoy, sin negarlo y sin relegarlo a un segundo lugar ante la resabida experiencia de aquella. Y no para permanecer en un cretino estado mental en el que todo lo presente vive a la sombra del pasado.

Porque los héroes de antes son tales, porque vivieron su tiempo y su espacio a plenitud. Aunque muchos de ellos macerados por la innegable sabiduría de la historia, siempre lograron mantenerse actuales y reales. Es decir, gente seria.

La idea de que todo en el universo es un constante fluir donde nada es estático, es reconfortante para esta perspectiva. Y son las mentes de las personas, estancadas en sus paradigmas y conclusiones absurdas las que oponen la verdadera resistencia al fluir natural del todo.

Así, pensar que como los Beatles no existirá otra banda nunca más, es totalmente cierto. Y mejor así. Porque los Beatles fueron una banda de los años sesenta, que hicieron lo que hicieron en su momento y ese momento no se va a repetir nunca más. Sencillamente porque los años sesenta quedaron detrás de los setenta y estos de los ochenta, noventa y estos detrás de nosotros. Aunque nuestra mente insista en saltar a otras décadas como si fuesen pistas de un reproductor de música, por su estúpida necedad de reconstruir el placer que conllevan las memorias, el hecho es que seguimos fluyendo en un constante hoy que debe de encontrar su propia voz, cara y manera de caminar.

Y en el presente solo veo fútiles intentos de reproducir lo pasado, de levantar de las cenizas las glorias de anteayer, de convertir la nostalgia en lo actual, en un destructivo revisionismo cultural y espiritual que no hace sino empañar y sofocar lo único que en realidad sabemos que existe: Hoy.

Sin embargo sigo escuchando los Beatles como siempre lo he hecho y parezco nunca cansarme. Creo que es porque reconozco constantemente en sus canciones, ese bravo espíritu de actualidad que parece haberse manifestado por última vez hace más de cuarenta y cinco años.


por David Cerqueiro

Publicado en El Universal el 21 de Marzo de 2010: http://www.eluniversal.com/2010/03/21/opi_art_things-we-said-today_21A3614935.shtml

2 comentarios:

  1. Seu texto é bastante lúcido, David. Faz muito sentido.
    Abraço do seu amigo beatlemaníaco,
    Dago

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  2. En Náhuatl, la lengua de los Mexicas, "historia" se dice Axcan in nemi ilhuicayotl, lo cual significa "la suma de todos los 'ahoras'"

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